Los monstruos de debajo de la cama ahora viven entre nosotros
Hemos olvidado que nada dura eternamente, que nuestra estancia aquí es temporal. Hemos olvidado que hay tesoros mas preciosos que el oro pero, sin embargo, no son tan preciados. Hemos aprendido mucha teoría y fechas, y nos hemos olvidado de retirar la piedra con la que tropezaron nuestros padres tiempo atrás. Y ahora, nosotros, nos la hemos vuelto a encontrar, pero íbamos mirando a nuestro móvil en vez de al camino, y la misma historia vuelve a empezar. Presumimos de valores firmes pero somos muy fáciles de manejar. Nos dejamos llevar por las apariencias y luego el precio a pagar puede ser muy alto. Nos dejamos engatusar por cualquier promesa o cualquier "te quiero". Nos dejamos tirados unos a otros porque solo nos preocupa nuestro propio éxito. Nos dejamos los libros abiertos y los ojos cerrados. Y hemos cometido un terrible error: no dejar a los niños ser niños. Hemos abandonado la inocencia de los pequeños, permitiendo que el polvo y el abandono la pudra...